El pequeño (y algo chiflado) Frank Einstein
Jon Scieszka
Infantil. Novela
Alfaguara. 2015
ISBN: 9788420419077
«Un brillante rayo rasga la oscuridad y centellea sobre el tragaluz.
Frank Einstein levanta la vista de su trabajo. Cuenta en voz alta.
—Mil ciento uno. Mil ciento dos. Mil ciento tres…
¡Craaac bruum!
La onda vibratoria del sonido del trueno sacude las viejas ventanas de marco metálico del taller y laboratorio de ciencias de Frank.
—Tres segundos entre la luz y el sonido por cada kilómetro…, así que está a un kilómetro de distancia —calcula Frank por medio de la diferencia entre la velocidad de la luz, casi instantánea, y la velocidad del sonido, mucho más lenta—. Justo a tiempo.
—¿Estás seguro de que va a funcionar? —le pregunta Watson mientras se pone unos guantes de fregar los platos, amarillos y largos, para protegerse—. Porque, colega, esto parece una locura de las buenas.
—Es perfecto —responde Frank—. Es perfecto que mis padres se hayan ido otra vez a hacer uno de sus viajes turísticos. Es perfecto que el abuelo Al me haya permitido montar mi laboratorio en su garaje y aprovechar todas estas piezas sobrantes de su tienda de reparaciones. Y es perfecto que podamos utilizar esta tormenta de rayos para aplicar una sobrecarga a mi SmartBot, este robot inteligente, para que cobre vida y así ganar el Premio de Ciencias de Midville…»
El loco invento de Frank Einstein
Jon Scieszka
Infantil. Novela
Alfaguara. 2015
ISBN: 9788420488165
«Energía —dice Frank Einstein, genio e inventor de corta edad—. Fuerza que se puede convertir en movimiento, luz, calor: ¡energía en todas sus diferentes formas! En eso consiste todo esto, Watson.
—MMMfff mmm grrrmmm mmmm —responde Watson.
Frank asiente.
—Ah, sí, claro. Por supuesto…, fuerzas también. La manera en que se aplica la energía. La forma en que la energía funciona en el mundo. Absolutamente cierto, Watson.
Watson se retuerce.
—¡Grrrarr grrr gruummm rummm!
Frank Einstein se rasca la cabeza con un dedo metálico de tamaño desproporcionado.
—¡Oh, sí! Esta es la oportunidad perfecta para poner a prueba mi HIPÓTESIS… y el último desafío para mi invento, el Electrodedo.
A Watson, amarrado a la parte frontal de una balsa neumática que desciende cada vez más rápido hacia el rugido de la presa que hay en el río, le gustaría decir: «¡Einstein, se acabó! ¡Estoy perdido! ¡Estás loco! ¡Esta no es la oportunidad perfecta para poner nada a prueba! Y: ¡SOCORROOOOO!».
Sin embargo, Watson no puede decir nada de eso.
Porque Watson no solo está pegado a la balsa con cinta adhesiva, sino que también tiene la boca completamente amordazada con cinta.
Así que todo cuanto puede hacer es retorcerse, abrir los ojos como platos y hacer ruidos…»