Robert Paul Weston
Infantil. Novela
Alfaguara. 2014
ISBN: 9788420416656
La fábrica de inventos tras la penúltima puerta del final del pasillo
«—¡Elliot von Doppler, baja aquí ahora mismo o te juro que te hiervo en una sopa y se la sirvo a tu padre!
Elliot se cubrió la cabeza con las sábanas. Aquel ultimátum de la sopa era la tercera amenaza similar en los últimos cinco minutos (su madre también le había prometido que saltearía uno de sus riñones en la sartén y que le cortaría los dedos y los metería en conserva de vinagre). Por supuesto, es importante hacer hincapié en que los padres de Elliot von Doppler nunca se habían comido a nadie, ni tampoco tenían intenciones de hacerlo. No eran caníbales. Eran críticos gastronómicos.
Peter y Marjory von Doppler eran los responsables de la sección de gastronomía del Cornetín de Bickelburgo. Escribían juntos una columna diaria titulada «Híncale el diente» en la que ofrecían sus opiniones sobre los restaurantes locales. En algunas ocasiones llegaban a hacerse viajes de degustación gastronómica por todo el país e incluso por el mundo. En resumen, tenían la alta cocina metida en la cabeza (incluso cuando estaban intentando sacar a su hijo de la cama por la mañana).
—No estoy de broma, Elliot. ¡Ya sabes cómo le gusta a tu padre una buena sopa de verduras!
Elliot soltó un gruñido.
—Voy a contar hasta tres, jovencito. Después, subo a tu cuarto a meterte enterito en salsa holandesa.
(No hay por qué preocuparse, la madre de Elliot jamás haría tal cosa. Es más, ni siquiera sabe preparar una salsa holandesa: a pesar de su trabajo, los padres de Elliot son unos cocineros horribles).
—¡Uno!
Elliot rodó por la cama, se levantó y se vistió. Se puso un pantalón corto y una camiseta, y lo aderezó todo, como siempre, con un chaleco de pesca de color verde chillón.
—¡Dos!
Elliot alargó la mano para coger su posesión más valiosa: un lápiz eléctrico DENKi-3000 original con mirilla telescópica retráctil. Había sido un regalo de su tío Archie, todo un objeto de coleccionista. El lápiz eléctrico era el primer producto DENKi-3000 que se fabricó.
—¡TRES! Se acabó, muchachito. Ahora mismo mando para allá a tu padre con la prensa de ajos.
—¡Ya voy! —contestó Elliot a voces. Descendió con sigilo las escaleras hasta la cocina y vio el desayuno sobre la mesa: tomates hervidos y aguados con tostadas chamuscadas.
—Hemos dedicado mucho tiempo a la preparación de este desayuno —le informó su padre, que presidía la mesa con la edición matinal del Cornetín de Bickelburgo en las manos—. Así que no quiero oír ni una sola queja.
—Toma asiento —dijo la madre de Elliot, que le miraba con mucha atención—. Cuéntanos qué te parece.
Elliot hizo todo cuanto pudo para humedecer con el jugo de los tomates aquellas tostadas renegridas y más duras que una piedra. No sirvió de nada.
Estaba a medio tomarse (más bien obligándose a tragar) el desayuno cuando se fijo en que había un sobre en el centro de la mesa.
Llevaba su nombre escrito.
—¿Qué es eso?
—Tu tío ha pasado por aquí de camino al trabajo esta mañana —le contó su madre.
—¿Qué? ¿Ha estado aquí? —Elliot estaba perplejo.
Su madre asintió a regañadientes.
—Desaparece durante semanas enteras, como siempre, y entonces, ¡puf!, aparece por aquí a buscarte.
—¿A mí? —ahora sí que estaba perplejo Elliot. El tío Archie prácticamente vivía en la sede central de DENKi-3000. Los inusuales edificios de la compañía se encontraban justo en la otra punta del Parque de Bickelburgo, pero el tío Archie nunca «se pasaba» por allí, para nada. Era famoso por perderse los cumpleaños, las Navidades, los partidos de fútbol… lo habitual—. ¿Y por qué no me has despertado?
—Ya me cuesta bastante levantarte a la hora normal. Qué más da, te ha dejado esa nota.
Elliot dejó (encantado) su desayuno y rasgó el sobre para abrirlo. Contenía una breve nota manuscrita a toda prisa.
Llevas años pidiéndome que te lleve a dar un paseo por la compañía, pero siempre he estado muy ocupado. Sin embargo, tal y como van las cosas, he decidido que ha llegado el momento. ¿Por qué no vienes hoy y te enseño todo esto?
Sinceramente,
El tío Archie
P.D. Será mejor que te traigas también a tu amiga Leslie.»