Qais Akbar Omar
Novela biográfica
Espasa. 2014
ISBN: 9788467041200
«En la época de antes de los combates, antes de los misiles, antes de los caudillos y de sus falsas promesas, antes de que tantos de nuestros conocidos desapareciesen de manera repentina camino de la tumba o de tierras extranjeras, antes de los talibanes y de su locura, antes de que el hedor de la muerte quedase suspendido en el aire cotidiano y antes de que la tierra estuviese bañada en sangre, vivíamos bien.
No tenemos fotos. Era demasiado peligroso guardarlas en los tiempos de los talibanes, así que las destruimos. Aun así, las imágenes de nuestras vidas antes de que toda esperanza abandonase Afganistán se mantienen nítidas y claras.
Mi madre viste su falda corta, sentada en su oficina en un banco, atendiendo a una larga cola de clientes. Es una persona respetada por sus conocimientos bancarios y por su capacidad para resolver los problemas de la gente.
Mi padre tiene el aspecto de una estrella de cine, con sus pantalones de campana, a toda velocidad por las calles de Kabul en su motocicleta. A veces me ata a su espalda con un cinto muy ceñido. En marcha, su pelo largo ondea al viento. Cuando hace un giro brusco, las protecciones de metal que lleva en las rodillas lanzan chispas al aire al rozar contra el pavimento. Al día siguiente, se lo cuento a mis compañeros de clase y les doy envidia.
Uno de mis tíos hace viajes de negocios a otros países. Los demás tíos y tías estudian en universidades de Kabul. Todos ellos visten a la última. El abuelo, con su espeso cabello blanco meticulosamente peinado, luce con elegancia unos trajes italianos a medida que resaltan su condición acomodada. Cuando entra en una habitación, la domina.
El abuelo es un hombre impresionante, alto, de espaldas anchas. Al contrario que tantos otros afganos, siempre lleva recién afeitado su rostro de piel morena. Es en sus amplios ojos negros en lo que más te fijas. Tan profundos. Tan imponentes. Tan tiernos.
Las imágenes se suceden a toda prisa. A veces son representaciones de pequeñas escenas.
Mi padre me llama para que me prepare para ir a la escuela. Abro los ojos y miro el reloj sobre mi cama. Es demasiado temprano, pero ¿qué le voy a decir? Es mi padre. Soy su hijo. Los hijos pastún deben obedecer a sus padres.
Solo que no estoy listo para levantarme. Me froto los ojos. Mi padre no deja de llamarme.
—¡Arriba! Ponte los guantes. Te espero en el ring.
Quiere que practique con él antes del desayuno. Ha empezado a entrenarme para convertirme en un boxeador famoso como él, y para pelear en competiciones internacionales igual que él hizo.
Odio levantarme temprano, pero me encanta entrenar con mi padre. Siempre me deja ganar, aunque tengo siete años».
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Un país herido. Un destino inesperado. Una familia que nunca perdió su pasión por vivir .